Que agustito se está en casa, en estas tardes
cada vez más frías en un buen comedor donde merendar un chocolate caliente
hecho al calor de la chimenea, con unas magdalenas caseras de esas que hace
Ana, que están buenísimas.
Este fin de semana lo he pasado en el pueblo de
Ana, y he hecho algunas fotos del comedor de su casa. Un comedor rústico pero
con un toque de mezcla de estilos y de cosas, que es lo que le gusta a ella,
algo regalado por aquí, algo viejo, algo nuevo, algo hechor a mano por ella, algo
de algún viaje, algo de artesanía, algo encontrado, de todo un poco al fin de
cuentas, pero sobretodo algo que resulte acogedor y lo mires y digas es la casa
de Ana e Isma, no hay más que ver el cuadro de su mastín presidiendo la mesa
para saber que ese es su estilo.
Que paséis un feliz día
“Las
pequeñas cosas que hacemos cada día son el reflejo del alma que nos inspira”
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