Canta el gallo, y aunque sean las cinco de la mañana, comienza la actividad frenética en esta villa. Y todos los Albergues se ponen también en pie.
Sin duda os recomiendo el del Puntido, que además de tener unas instalaciones “10”, ofrece algo más que lo otros: un trato cercano, amable, rozando lo familiar. José Luis, su dueño, estará encantado de enseñaros una bodega típica de allí (os dejo foto de cuando estuve yo).
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